Por Luciano Migliazzo:
Frente a Estudiantes, Pedro Caixinha cumplió treinta partidos al mando de la dirección técnica de Talleres.
Tras su debut, que curiosamente se produjo en La Plata el pasado 1° de abril, el portugués alternó entre buenas y malas, destacándose principalmente por llevar al equipo hasta los cuartos de final de la Copa Libertadores. En esta competencia se vio la mano del DT en grandes citas, como por ejemplo el enfrentamiento ante Flamengo en el Kempes, donde la T le jugó de igual a igual a uno de los mejores equipos de Sudamérica, o en la revancha de octavos de final frente a Colón, la mejor performance del club en lo que va del año.
Sin embargo, a medida que el Matador avanzaba en el plano internacional, se iba hundiendo cada vez más en el certamen domestico. El entrenador cometió el error de apuntar todos los cañones a la Libertadores y descuidó, primero, la Copa de la Liga, y luego, la Liga Profesional, al punto tal de que Talleres sufrió varias goleadas en contra y se encuentra en la penúltima posición de la tabla anual con apenas 23 puntos sobre 78 posibles.
Los treinta encuentros de Pedro en el club arrojan un balance de nueve victorias, siete empates y catorce derrotas, lo que da una escasa efectividad del 37,7%. Además, el equipo convirtió 25 tantos y recibió 36 goles.
Estos pobres números están directamente vinculados al pobre desempeño fuera de casa, un factor en el que el propio DT hizo hincapié en varias oportunidades durante sus conferencias de prensa. En lo que va del ciclo Caixinha, el equipo jugó 15 partidos en condición de visitante y apenas ganó dos: 1-0 vs Universidad Católica y 2-0 vs Colón. El resto fueron seis pardas y siete caídas.
En lo estrictamente futbolístico, el Albiazul ha sido muy irregular y rara vez logró hilvanar dos o tres actuaciones convincentes de manera consecutiva. Por lo general, cuando jugaron todos los titulares, hubo demostraciones de orden y solvencia defensiva, a excepción de la ida con Vélez en el José Amalfitani. De forma contraria, Talleres perdió por varios goles de diferencia en el plano local, cuando Pedro apeló a la “famosa” rotación como mencionábamos en párrafos anteriores.
Sin embargo, la mayor falencia de esta era se encuentra a la hora de finalizar las jugadas. Contra el Pincha, el equipo generó varias situaciones de gol y no pudo concretar ninguna. Esta debilidad excede a nombres propios como Michael Santos o Federico Girotti, Talleres es un equipo que convierte poco y por eso está como está.
Repasando las estadísticas y analizando lo que muestra el equipo partido tras partido, no sería descabellado que Andrés Fassi, principal responsable de que Caixinha esté en el club, revise la situación del DT cuando finalice la temporada. La situación puede tornarse crítica si Talleres sigue perdiendo partidos en la Liga Profesional. Por experiencia propia, en Barrio Jardín saben que la tabla de promedios no espera ni perdona.
