César Labarre: “Atajarle un penal a Maradona fue un orgullo”

A sus 52 años, César Labarre se encuentra fuera del mundo del fútbol y con la cabeza puesta en su actual trabajo en la fábrica de su familia. Oriundo de Holmberg, se retiró de la actividad profesional en 2003 y no volvió a tener contacto con los guantes y la pelota. “Estoy alejado del fútbol, un día las piernas dijeron basta y dejé la actividad. En la actualidad estoy trabajando en el negocio familiar, doy una mano en la fábrica de mi viejo. Estoy todo el día soldando o pintando, haciendo cualquier cosa. Al trabajo no le tengo miedo”.

Labarre llegó a las inferiores de San Lorenzo desde muy joven y permaneció mucho tiempo en el Ciclón, donde compartió plantel con José Luis Chilavert. “Estuve 8 años en San Lorenzo, pero jugué muy poco, tenía grandes arqueros adelante. En el 92, había empezado a afianzarme, pero justo cuando el Bambino (Veira) volvió a ser el entrenador, nos quitó lugar a los juveniles. En ese momento buscaba mas continuidad en mi carrera y justo llegó la oportunidad de Belgrano. Estoy muy agradecido al club, la gente me trató muy bien”.

En el Clausura 1996, Labarre estuvo en las tapas de todos los diarios del país por dos motivos: le atajó un penal a Diego Armando Maradona y además recibió el último gol de jugada del Diego como profesional. “Atajarle un penal a Maradona significó una satisfacción enorme, es la alegría de atajarle al más grande de todos los tiempos. Fue un momento mágico”. Además, se refirió al fallecimiento del ídolo argentino que conmovió al mundo. “La noticia de la muerte de Diego me impactó, no lo podía creer. Es un golpe muy duro para todos los que amamos el fútbol”.

En 1998 volvió a estar en boca de todos tras convertir un gol de cabeza jugando para Nueva Chicago. “El gol de palomita a Arsenal fue uno de los momentos más lindos de mi carrera. Fui de caradura y me quedó ahí para empujarla, me tiré con sangre y vida y por suerte sirvió para conseguir un empate sobre la hora”.

Por último, comentó su particular manera de vivir su época como futbolista. “Soy un bicho raro, mis hijos no me creen que fui jugador de futbol porque no tengo camisetas, no tengo pelotas, no tengo nada” comenta entre risas. “Todos los recuerdos que viví del fútbol los tengo adentro”.

 

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