Era una jornada laboral tranquila para Lucca Nievas y Samu Báez, músicos y empleados de la tienda de música Stage Music (CABA), cuando de repente Chris Martin, cantante de Coldplay, en compañía de un hombre y una mujer de su equipo, entraron por la puerta para comprar una guitarra.
Según el relato de ambos, el británico por la zona y había entrado a otra tienda de música, pero no lo atendieron y llegó al local en Talcahuano al 140.
Samu no lo reconoció al instante, pero volvió a asomarse. “Al toque salí y cuando hicimos contacto visual, él me ve”, recordó el baterista. Chris Martin lo saludó con el pulgar arriba y el chico no tuvo más dudas. “Entró y dijo que estaba buscando una guitarra. No lo podíamos creer, quedamos los dos en shock”, aseguró el joven.
“No sabíamos qué ofrecerle y vino, nos saludó”, relató Lucca. “Encima, le comentaba a Chris que hace dos días le había ido a ver a River y él decía ‘Oh, gracias, muchas gracias’. Agarró una guitarra de las que están colgadas, le gustó una y se la llevó. Era una Yamaha acústica, la última que quedaba. No era de las más caras”.
Martin quiso comprar una Yamaha acústica de 130.000 pesos. “No sabemos por qué le gustó esa. Claramente, no estaba buscando un instrumento, andaba por la vida repartiendo felicidad a la gente”, apuntó Samu. Para sumar detalles a la anécdota, “La tarjeta rebotó, (Chris Martin no tenía el DNI y el postnet no funcionó. No llegaba con el efectivo, la persona que estaba con él tuvo que dar su tarjeta. Luego bromeó, ‘chicos, quédense con el cambio‘”, contó Samu.
Para coronar el día, terminaron tocando juntos De música ligera de Soda Stereo, una de Oasis e Isn’t she lovely, de Stevie Wonder. Uno de ellos agarró el bajo, otro la batería, y Chris cantó, tocó la guitarra y el piano.
