Una mezcla de sensaciones. Eso es lo que vivieron los hinchas de Talleres tras el silbatazo final de Penel. En Córdoba es todo algarabía. Es que hace unos años, precisamente en 2014, el “Matador” volvía al infierno del Federal A y parecía hundirse en el abismo.
Pero fue paso a paso. Con una dirigencia que agarró las “brasas calientes” empezó a levantar. Y volvió a la B Nacional (hoy Primera Nacional) y una tremenda campaña de Kudelka en 2016 lo devolvió al lugar que pertenece, al lugar del que nunca se tendría que haber ido: la máxima categoría del fútbol argentino. Desde ahí la T comenzó a proyectarse en Primera y los resultados están a la vista.
Y ahí estuvieron los hinchas, acompañando al equipo en momentos en que todo era una incógnita y en estos grandes recuerdos que hoy permiten disfrutar del gran presente de Talleres.
El pueblo de Talleres acompañó una vez más al equipo en San Luis. Los minutos finales de mucha emoción, la tribuna que no paró de cantar en los 90′ y el desahogo final. Alegría, llantos y mucha emoción: eso reflejaban las tribunas del Juan Gilberto Funes. Y adentro de la cancha también: el alocado festejo de los jugadores por ese pasito más, y el reconocimiento a la hinchada por el apoyo.
Ahora, la T irá por más y enfrente estará Boca: pero nada importa el rival, lo hará con la misma convicción que le permitió llegar a esta instancia y tratará de cumplir el deseo del pueblo cordobés y la premisa de Medina: “Quiero ser campeón con Talleres”.
