La obtención del Mundial de Qatar por parte de Argentina dejó miles de historias y momentos que quedarán para siempre. Una persona que vivió esta Copa con mucha emoción es Miguel “Tití” Fernández, histórico periodista, que con la voz quebrada anunció en medio de los festejos que se retira de las canchas.
A sus 71 años y con una larga trayectoria en los medios, “Tití” comunicó que la final del Mundial fue su último partido como profesional dentro del campo de juego: “Yo quiero agradecerle a la gente que pensó que yo podía estar acá. Yo no me quería ir por la ventana. Alguien me quiso sacar por la ventana y yo me quería ir laburando. A las autoridades del canal, que pensaron que yo les podía dar una mano, me hicieron muy feliz”.
El periodista estuvo en Qatar trabajando para la TV Pública junto con Pablo Giralt, Ángela Lerena, Matías Martin y Sergio Goycochea, entre otros, y cerró su carrera con lo que más deseaba: ver a Messi levantar la Copa del Mundo: “Yo no jugué pero gracias al fenómeno de @leomessi pude besar la copa del mundo. Hoy fue mi última transmisión desde el campo de juego y estoy muy feliz que haya sido Justo cuando la Argentina salió campeón” escribió el periodista en su cuenta de instagram que se caracterizó por ganarse el cariño de los futbolistas.
“Tití” es un luchador y recordó a Soledad, su hija de tan solo 26 años fallecida en el 2014, cuando se encontraba cubriendo el Mundial de Brasil. Ella había viajado para sorprenderlo por su cumpleaños y lo había al partido ante Suiza por los octavos de final, lo tragedia ocurrió al volver del estadio cuando el auto en el que viajaba volcó, y cayó por un barranco: “Sole, para vos, hija. Mirá. Lo que no pudieron antes, hoy sí pudieron. Para vos mi vida, somos campeones del mundo, Sole. Te quiero, divina!”.
“El fútbol me dio todo. Me sacó una sola cosa, que yo quería mucho… Pero el fútbol me dio mucho. Me salen las lágrimas. Soy un tipo muy feliz. ¡Gracias Messi! ¡Gracias fútbol! ¡Gracias a la Copa del Mundo! Me voy ¡Chau, gracias!”. Ya no pudo hablar más“, cerró Miguel Fernádez y dejó un legado imborrable.
