Desde que Fassi es presidente, Talleres no despidió a ningún entrenador. En realidad despidió al mismo Hoyos cuando ya era presidente porque tenía contrato vigente a diferencia de Kudelka, Vojvoda y Medina que no renovaron sus vínculos. El presidente advierte el malestar interno y externo que exige un cambio de rumbo obligado por más que quizás en el fondo no este del todo convencido.
Los últimos mercados de pases de Talleres empiezan a pasar factura más allá del scouting que se pondera por descubrir algunos valores ignotos para muchos como Valoyes o Hincapié. Fassi sabe que el hincha lo responsabiliza de lo bueno y lo malo. Y lo malo de esta temporada mucho tuvo que ver con lo que se tardó en definir al entrenador y la llegada de los refuerzos, casi 15 días después de 35 de preparación que hubo antes del campeonato. Y eso que se retrasó una semana el inicio del campeonato. El presidente sabe que tiene crédito de sobra por la increíble gestión que lleva en siete años pero como buen hombre de fútbol también sabe de las exigencias de los hinchas que siempre quieren más.
Hoyos pagará probablemente la cuenta de mercados de pases flacos y de lo que ya sabíamos sucedería con la famosa vara alta que dejó el Cacique Medina. Por supuesto que Hoyos tiene su responsabilidad pero la cuestión no será sencilla para cualquier entrenador que venga.
