Ni el más pesimista hincha de Talleres imaginó el 8 de diciembre de 2021 cuando Fertoli no pudo ante Rossi en la Copa Argentina que hoy el presente sería lo que es. En apenas 2 meses, el campeonato comenzó el 11 de febrero y se paró un fin de semana por eliminatorias, Talleres perdió un entrenador cuestionado desde su designación pasó por el interinato de Gandolfi y el debut de Caixinha arrancó con derrota y dos expulsados, además de haber sido superado por Gimnasia en lo futbolístico.
Era el momento de poder tener un equipo más competitivo, jugadores con más experiencia en cancha pero eso que llevó a Alexander Medina a elegir otro camino y pensamos que cambiaría en el mercado de pases, no sucedió. Entonces, por ejemplo ante Gimnasia de La Plata, Talleres tuvo que jugar con Rafa Perez en la defensa casi en una pierna porque no tiene por detrás un jugador de jerarquía para reemplazarlo, algo imperdonable en un equipo que se sabía tiene triple competencia.
La política institucional del club evidentemente va mucho más allá del presente deportivo y la competencia que el primer equipo deba jugar. Talleres está enfocado en un proceso que al presidente Fassi hasta acá le dejó buenos dividendos, comprar barato, apostar a futuro y ganar mucho dinero. El tiempo será testigo de una Copa Libertadores donde Talleres tenía todo para mostrar otra versión y hoy no conocemos siquiera lo que puede pasar. El miércoles debuta ante la Universidad Católica y quizás tengamos un pantallazo más acabado de donde está hoy el equipo de Caixinha.
