No hay grupo mundial que te asegure ser campeón. Para ser campeón tenés que ganarle a todos, en realidad tenés que ganar siete partidos y, salvo de cuartos para adelante que es difícil evitar un rival de potencia, mientras más tranquilos sean los rivales mejor. De los siete partidos que te llevan a la gloria lo óptimo sería tener cuatro, incluyendo octavos, con rivales que sean inferiores al menos en los papeles a la “Scaloneta”.
Desde aquella tarde del mundial de Rusia en Kazan ante Francia dirigida por Sampaoli, hoy pocos los recuerdan, comenzó un ciclo de “interinato” con mucho silencio de la mano de Scaloni que explotó cuando se consagró campeón de América en el Maracaná. Parece fácil decirlo pero si hacen memoria hace 20 años que Argentina no completa una eliminatoria con el mismo cuerpo técnico, cuando en el periodo de 1998 hasta el mundial de Corea Japón 2002 que dirigió Marcelo Bielsa, después Argentina siempre tuvo al menos dos entrenadores y ni hablar antes de Rusia 2018 que arrancó con Martino, pasó Bauza y finalmente dirigió Sampaoli. La comunión del grupo se hizo tan fuerte que la Selección se ilusiona con darle a Messi el premio máximo y sabiendo que al menos ya se lleva una Copa América que para nuestro país se había transformado en una misión imposible.
Para los que tenemos algunos años quizás después del golpazo de 2002 ya no seamos más campeones antes de jugar el mundial aunque siempre seremos candidatos y más si tenés a Messi entre los once.
