Lo fácil resultó difícil

Instituto se consagró campeón trece años después del último título de Atenas.

Por Ricky Vázquez:

La generación del 80, a la cual me quiero dirigir especificamente en esta columna, también podemos sumar a los de finales de los 70, crecimos festejando todos los años prácticamente con Atenas. Cuando no era una Liga Nacional, era una Liga Sudamericana o un Open Mc Donalds que por esas cosas del destino aun nos lamentamos ante el cruce que no se dio por un par de puntos ante los Chicago Bulls de Michael Jordan.

Esos próceres que se metieron en el corazón de los cordobeses y, hasta parecen tíos para varios de nosotros, por lo cercano que están Campana, Milanesio, Osella y compañia nos mal acostumbraron tanto a ganar que hasta entendíamos que ganar la Liga Nacional era fácil. Las finales eran cerradas, se ganaban con los dientes apretados y se perdieron alguna que otra pero igual nos quedó la sensación de que cuando Atenas quería era campeón.

El tiempo paso, exactamente 13 años, para que Córdoba vuelva a estar en lo más alto del básquet nacional y por primera vez no es por Atenas sino por Instituto que por cierto hace rato viene intentando, fallando y volviendo a intentar hasta que lo consiguió.

Ahora caemos en la cuenta que no es tan fácil ser campeón de la Liga Nacional. Por eso hay que disfrutarlo como si fuera la última vez, ojalá que se repita seguido como Atenas, que el propio Griego pueda terminar su estadio y volver a ser protagonista de la Liga Nacional con todo lo que se lo extraña y principalmente que los clubes tengan dirigentes capaces para que estos logros no queden en la memoria gracias a Lábaque en Atenas y Cavagliatto en Instituto.

Felicidades Instituto.

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