Siempre es fácil y cómodo opinar desde la vida ajena. Situaciones como las que se suceden como la renuncia impensada e intempestiva, para los que la vemos desde afuera, del entrenador de Racing a tan sólo nueve días de comenzar el campeonato son las que nos hacen pensar que está bien y que no. En primer lugar nadie puede apuntar a nadie y menos en el ingrato mundo del fútbol cuando lo que siempre mandan son los resultados, sea cual sea el entrenador y el ejemplo más cabal es el de Marcelo Bielsa no hace mucho que se metió en la historia del Leeds por llevarlo a primera pero cuando los resultados no lo acompañaron le dieron las gracias y consensuaron finalizar anticipadamente la relación laboral.
Medina le dejó a Racing la ilusión de saber que se puede volver, desde la liga cordobesa a las finales perdidas con Deportivo Madryn y Chaco For Ever que lo puso a nada de retornar cuanto menos a la Primera Nacional. Es entendible que el enojo del mundo Racing por la forma de irse y tan cerca del campeonato deja una herida pero es inevitable pensar que, como Bielsa, dependería de los resultados. Por eso en el lugar de Medina sólo está Medina y yo prefiero agradecerle por volver a despertar a este gigante como Racing que estamos esperando vuelva al fútbol grande pronto.
Por Ricky Vázquez.
