En aquel 2014 la temporada había arrancado con Jorge Ghiso como elegido por quienes conducían al club, con Rodrigo Escribano a la cabeza. Vitrola solo duró dos fechas y Sergio Coleoni fue quien lo sucedió, pero los resultados no fueron buenos y al cabo de la 9na fecha se fue. Ahí llegó Hoyos, algunos sostienen que fue el propio Fassi quien lo recomendó, teniendo en cuenta que ya había día para las elecciones y que él sería candidato a presidente.
Ángel Guillermo llegó al club sabiendo qué significaba y agarrando en un momento muy difícil, ya que recordemos que esa temporada fue la post descenso por segunda vez al Federal A. Sus primeras declaraciones fueron sencillas, pensando en lograr lo que parecía utópico, el ascenso.
Aquel plantel contaba con Lucas Bovaglio, Ivo Chaves, Ezequiel Barrionuevo, Nelson Benitez, Lautaro Formica, Elias Bazzi, Gabriel Carabajal, Agustín Diaz, Favio Alvarez, Diego Martínez, Marcos Godoy entre otros.
Llegó el primer partido y también momento de hablar de juego. Ahí Hoyos dejaba en claro cuál era su idea y como jugar. Laterales bien abiertos, volante entre los centrales, recuperar con muchos jugadores y una frase contundente. “Si tengo que cambiar, estoy de mas en Talleres”
Pasaron los días, ya con Andrés de presidente y Talleres a fuerza de resultados lograba jugar una final con Unión de Mar del Plata. El objetivo estaba al alcance de sus manos. Pero esa tarde-noche en Junín no fue buena y la derrota por 1 a 0 con gol de Joel Amoroso calo hondo en los sentimientos albiazules.
Por suerte había revancha y Gimnasia de Mendoza en el Kempes era el rival de turno. Pero fue peor. Dos penales afuera, gol de Sergio Oga y buenamente derrota. Quizás la mas dolorosa de los últimos tiempos. Talleres se quedaba en el Federal.
Fueron solo 57 días que Ángel Guillermo Hoyos estuvo como entrenador. Los recuerdos no fueron los mejores y es lo que, si llega a ser el entrenador, intentará cambiar.
