Por Ricky Vázquez:
Mauricio Macri redobló la apuesta para ir por los clubes en una transformación hacia las sociedades anónimas. No es nuevo porque se intentó durante su gobierno con la creación de la Superliga que dirigía Mariano Elizondo pero que terminó fracasando porque prometía ser algo fenomenal que nunca llegó a ser tal y el torneo volvió a manos de la AFA comandada por Claudio “Chiqui” Tapia.
En los cuatro años de mandato el objetivo quedó inconcluso y con su derrota en 2019 mucho más. Al regreso de Qatar con la copa del mundo junto a Messi, Tapia realizó casi al día siguiente una asamblea para aprobar memoria y balance, aunque también se dejó trascender que se buscaría una reforma de estatuto para que pueda ser reelegido hasta 2033. En principio un presidente es elegido por 4 años, con derecho a dos reelecciones inmediatas, aunque también sabemos que Julio Grondona se mantuvo 35 años en el poder.
Lo que llama la atención del objetivo que se plantea Macri es que justamente fue una persona pública que llegó a la presidencia de la nación por el Club Atlético Boca Juniors. Fue exitoso gracias al acompañamiento de un grupo de socios que lo potenció y que ahora entiende debería ser distinto.
En el contexto mencionado se anticipa, en caso que Macri vuelva a ser presidente, una relación evidentemente contrapuesta con Tapia y una AFA que disfruta el titulo conseguido en Qatar. En la reconversión de los clubes que propone Macri, seguramente apunta al fútbol profesional, es imposible dejar entrever que la base de la pirámide del logro conseguido hace pocos días son los clubes más pequeños que le dan la posibilidad a los chicos a soñar con jugar un mundial, diría Maradona. La principal muestra son los cordobeses que difícilmente hubiesen llegado sin la existencia del club San Lorenzo de nuestra capital para el Cuti Romero, el Club Atlético Calchín para Julián Álvarez, Sportivo Laguna Larga para Paulo Dybala y el Club Náutico Fitz Simon para Nahuel Molina.
En Córdoba el único dirigente que se manifestó públicamente a favor de las sociedades anónimas fue Andrés Fassi con su experiencia en México. “Al fútbol hay que gestionarlo como empresa y es una industria”, manifestó Fassi hace cuatro años en una charla con socios invitados en la Boutique de Barrio Jardín. La posición de Fassi es la que generó que muchas veces los dirigentes más duros de AFA lo miren de reojo.
Es cierto que los torneos organizados como en los últimos años son un fracaso absoluto o quizás no nos damos cuenta y el desorden es lo que nos potencia a ser campeones. En definitiva, lo importante es que el potrero no muera. Y que la solución sea para un supuesto crecimiento las sociedades anónimas tampoco es garantía porque el club más millonario y campeón del mundo, Real Madrid, sigue perteneciendo a sus socios y por algo será.
