Se cumplen 5 años del ascenso de Talleres

Por Luciano Migliazzo

El 5 de junio de 2016, la mitad de la provincia se teñía de azul y blanco. Luego de una larga agonía que duró doce años y que incluyó dos descensos al Argentino A, Talleres regresaba al lugar que le correspondía, a la categoría que se merecía su rica historia.

En aquella recordada tarde de Floresta, la T caía con All Boys a falta de ocho minutos para que finalice el encuentro. La ilusión de ascender, parecía que se postergaba una semana más. Con uno menos por la expulsión de Rodrigo Bustos, el conjunto dirigido por Frank Darío Kudelka no especuló y fue a buscar el ascenso con ímpetu. A 2’ del final, Gonzalo Klusener igualó las acciones. Minutos después, Pablo Daniel Guiñazú quedaría inmortalizado en la historia grande de Talleres para siempre.

Aquel jugador consagrado que había llegado a Córdoba para cumplir su sueño de jugar en el club de sus amores, le daba el ansiado ascenso con un zurdazo que se coló en el ángulo del arco rival.

Luego del desahogo, Córdoba se vio inmersa en una fiesta interminable donde miles y miles de fanáticos albiazules se reunieron en la zona de Patio Olmos para festejar el regreso a la máxima categoría luego de 4.380 días.

Consumado el ascenso, ni el hincha más optimista podía imaginar lo que llegaría después: clasificación a copas internacionales y un club protagonista en cada torneo que juega. Sin embargo, para llegar a eso, primero hizo falta aquel 5 de junio de 2016. Una fecha que ya quedó impregnada en la piel de muchos hinchas de Talleres y que será recordada por generaciones.

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