Todos los partidos de la ciudad son clásicos

Muchos dudan sobre si Instituto ante Talleres es un clásico.

Por Ricky Vázquez.

Lo hablamos durante el mediodía de El Show en La Red y hemos leído ciento de opiniones al respecto de si el partido que se viene el otro fin de semana se lo puede poner en la galería de los clásicos. ¡Y por supuesto! Es un clásico. Quizás deberíamos copiar el ejemplo a nivel nacional y decir que Talleres vs Belgrano es nuestro superclásico pero no tengo dudas que todos los partidos que enfrente a equipos de nuestra ciudad serán clásicos.

Incluso cuando son equipos de la misma provincia ya se transforman en un partido, al menos, distinto a los demás que se juegan en el resto del fixture. Es innegable decir que cuando Racing jugó con Sportivo Belgrano en el federal no fue un partido más y tampoco lo sería en la Primera Nacional si les tocara enfrentarse con Estudiantes de Río Cuarto. La tierra es la que manda y eso lo transforma en clásico.

En el caso del clásico que se nos avecina hay un plus emocional que dentro de la categoría de los partidos especiales le suma aún más importancia y es la rivalidad generada, al menos así lo entiendo, por la cantidad de jugadores que empezaron en Instituto y pasaron a Talleres donde muchos de ellos después se transformaron en ídolos. Simplemente en los 90 podríamos hacer esa lista con Oliva, Sarría, Pino, Maidana e incluso más acá en el tiempo Rodrigo Garro, sin olvidar lo que Fassi tuvo que trabajar para convencer a Gonzalo Maroni que no terminó rindiendo lo que se imaginaba. El jugador no lo decía, pero le costó muchísimo esa decisión de pasar de camiseta por su sentimiento tan arraigado a Instituto.

Entiendo que es el clásico quizás más ferviente de la ciudad, sobre todo desde el lado de Instituto con la posibilidad de ganarle a Talleres. El hincha de Instituto probablemente disfrute hasta más que el triunfazo que acaba de conseguir en la Bombonera. En definitiva, es un clásico que ambos querrán ganar y no tengo dudas que tendrán ese plus inconsciente que generan sólo pocos partidos en el año y que la cabeza no puede controlar.

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