Su historia
Todo comenzó años atrás, cuando de pequeño recorría las calles de Vila Nova, Porto Alegre para ir a entrenar a su club, Gremio. En el 1997 firma su primer contrato y allí comenzó una historia de amor y odio, como la que tiene cualquier futbolista.
A través de un pase polémico llega al PSG en 2001. El acuerdo decía que por el momento no podía jugar en otro equipo, y sin tener la aprobación se fue a Francia. FIFA tuvo que intervenir y dictaminó que el club brasileño debía recibir 5 millones de dólares.
Su juego enloquecía a los europeos. Lo caracterizaba la diversión, dentro y fuera de la cancha. Su osadía para enfrentar a los rivales hacía que más de uno temiera por un caño, un amague, o acabar en el piso desarmado por tal potencia con el balón en sus pies.
El 2002 iba a ser uno de los mejores años del crack que se mostraba como una joven promesa en el mundial de Corea – Japón de ese año. Un equipo plagado de figuras llegó a la final con Alemania siendo ligeramente superior y así consiguió el quinto título para la selección carioca.
Ya en 2003 llega al Barcelona a cambio de 24 millones de euros donde se convertiría en estrella a la altura de sus pares brasileros como Romario, Rivaldo o Ronaldo. Allí ganó el Balón de Oro, el FIFA World Player y en 2006 la Champions League ante el Arsenal.
Cuando comenzó el declive futbolístico del jugador, muchos le atribuían eso a su vida nocturna. Guardiola había dicho que no lo tendría en cuenta y en julio de 2008 llegó al Milán. Hasta Silvio Berlusconi, ex primer ministro italiano le hizo prometer al jugador que se tomaría la temporada en serio delante de sus compañeros y no dio mucho resultado.
Antes del Mundial de Sudáfrica 2010 demostró otra faceta siendo el máximo asistidor y segundo goleador de la Serie A. Hubo manifestaciones en Brasil para pedir su convocatoria a la Canarinha, algo que nunca se concretó.
Corría el primer mes de 2011 y Dinho rescindía su contrato con la entidad italiana, llegaba al Flamengo donde poco a poco se hizo figura del campeonato para luego ganarlo . Con destellos de calidad y liderazgo comandó al equipo pero seguía disfrutando de la noche. Los hinchas del club crearon una línea telefónica para denunciar las salidas del jugador.
El plantel tenía resultados irregulares y se los cuestionaba a todos pero mayormente al astro brasilero por ser la “figura”. Por cuestiones económicas y denuncia de falta de pagos deja el club y se muda al Atlético Mineiro.
“Ronaldinho está acabado” decían algunos medios y referentes deportivos en su momento, lo concreto es que el habilidoso delantero estaba por hacer historia.
En 2013 consiguió el último título que lo llevó a formar parte del famoso grupo mencionado. Remontando la final ante Olimpia siendo el máximo artífice y asistidor de la copa logró callar las críticas.