Por Luciano Migliazzo
Desde que Andrés Fassi asumió como presidente de Talleres, su política de refuerzos siempre fue la misma: traer juveniles que tengan proyección y valor de reventa. Tales son los casos de Andrés Cubas, Facundo Medina o Juan Ramírez, que llegaron al club por un monto relativamente bajo y luego fueron vendidos por precios que duplicaban la inversión inicial. Siguiendo este modelo, los ojos de la dirigencia del Matador están puestos sobre otra joven promesa: Ignacio Lago.
El delantero nació el 5 de agosto de 2002 y se convirtió en el futbolista más joven de Almirante Brown en debutar en primera con tan solo 15 años. Sus buenas actuaciones hicieron que clubes importantes como Independiente, Racing y San Lorenzo se fijen en él. “Es un juvenil muy interesante que se formó en el club. Viene teniendo grandes rendimientos y los equipos grandes lo saben” declaró hace poco Maximiliano Levy, presidente del club. Jorge Benítez, su último entrenador, también tuvo palabras de elogio. “No le va a pesar la Superliga, ya está maduro. Es fuerte, rápido e inteligente, tiene mucho para darle a Talleres, físicamente es un pibe superdotado”.
Lago puede jugar como segundo delantero, media punta y también desempeñarse por las bandas. Maneja bien ambos perfiles y tiene mucho desequilibrio en el mano a mano. Su gran velocidad se suma a una pegada potente. Además, goza de un gran estado físico que le permite colaborar en defensa. Teniendo en cuenta el esquema de Alexander Medina, podría ubicarse en una posición similar a la que ocupaban Jonathan Menéndez y Guilherme Parede.
En la última temporada, disputó 20 partidos, convirtió 2 tantos y fue parte del equipo que logró el torneo Apertura de la Primera B en el 2019.
El atacante ya tiene todo acordado y en las próximas horas llegará a Córdoba. La transferencia se realizará por un monto cercano a 500 mil dólares por el 90% de la ficha.
