Por Ricky Vázquez.
“Y a Boca lo venceremos”, cambie la letra pero sabes que me refiero a la canción de Celia Cruz en la que remarca que Instituto es de primera. Si en esa letra se incluye a San Lorenzo, River y Boca es porque son las muestras de lo que significa jugar en la máxima división.
Jugar ante este Boca, y en realidad cualquier modelo de Boca, es peligroso. Pero nos detenemos en el equipo de Hugo Ibarra que llega cuestionado con pocas muestras de idea de juego, con la última presentación en La Bombonera ante Defensa y Justicia en la que no perdió por Chiquito Romero que fue la figura y con derrota como visitante ante Banfield. Es muy difícil que Boca sume sólo un punto de seis posibles y por eso saldrá con todo en búsqueda de los tres puntos.
Quizas un plan como el realizado ante Newell´s y con alta eficacia pueda resultar oportuno. De todas maneras el principal problema es siempre la jerarquía del plantel que tiene Boca que muchas veces hace estéril cualquier análisis que hagamos en la previa. Si Villa, Benedetto, Langoni, Romero y Varela, por nombrar algunos, están en un buen día no tenés casi posibilidad alguna. El ejemplo más concreto se dio en Córdoba cuando Talleres lo superó ampliamente y con diez en cancha Langoni descontó mientras que Figal de cabeza no lo empató sólo por una increíble tapada de Guido Herrera. Aquella noche las individualidades de las que hablamos hubiesen sido la única explicación si el resultado terminaba empatado.
Como sea, jugar ante Boca en la Bombonera es un sueño, saca lo mejor de cualquier jugador que pisa su césped y potencia el rendimiento. Bastaría con ver el resultado de los famosos chalecos y estoy seguro que los jugadores entregan inconscientemente un poco más de lo que les responde su cuerpo. Instituto caerá el próximo domingo de manera definitiva cuando vea entrar la albirroja al campo de juego de la mítica Bombonera.
