Por Ricky Vázquez
La noche se tiñe de incertidumbre en el horizonte futbolístico de Instituto, que recibe a Argentinos Juniors con una presión palpable en cada pase y en cada movimiento. Las dos derrotas consecutivas como visitante dejaron un sabor amargo en la boca de los hinchas, quienes ven en el encuentro de hoy una oportunidad vital para ilusionarse.
La ausencia de Damián Puebla, afectado por los síntomas del dengue, se convierte en una baja sensible para el equipo. Puebla fue la figura destacada en todos los partidos, el artífice de los goles que marcaron la diferencia en esta etapa de la copa de la liga. Su presencia en el terreno de juego fue sinónimo de ritmo y determinación para el equipo. Pero hoy no estará.
Sin embargo, las noticias no son del todo malas para Instituto. El regreso de Jonas Acevedo, recuperado de una lesión, y la posible disposición de Matías Romero representan una luz de esperanza. La incógnita ahora radica en la elección del equipo que Diego Dabove pondrá en cancha esta noche.
La realidad es clara: Instituto necesita arriesgar, necesita la victoria. Un empate ya no alcanza, especialmente frente a un rival directo como Argentinos Juniors. En estos momentos cruciales de la copa de la liga, la tabla general se vuelve un referente inevitable y da tranquilidad estar lejos del fondo. La urgencia se transforma en determinación, en la necesidad de ir un paso más allá.
¿Qué decisiones tomará Dabove? ¿Jugará con el Chino Romero? ¿Darle una oportunidad a Gregorio Rodríguez, que casi no jugó después de la expulsión en la primera fecha? ¿Incluirá a Acevedo, aún en proceso de recuperación, para aportar algunos minutos decisivos?
La partida se juega con cartas marcadas por la ausencia de Puebla, pero eso no debe ser excusa para no buscar la victoria. La canción que reza por grandes sueños se hace eco en la cancha: “hoy hay que ganar”. Es el momento de demostrar carácter, de sobreponerse a las adversidades y de luchar hasta el último minuto por los tres puntos que son más que una simple estadística, son el reflejo de la ilusión por competir por objetivos importantes.
