Por Ricky Vázquez
Siempre es tentador y fácil juzgar con la certeza del resultado en mano. Esta reflexión parte de una autocrítica personal al abordar mi columna de opinión. Hoy, quiero respaldar con firmeza la decisión tomada por Talleres en las últimas horas respecto a cómo afrontar la doble competencia.
Ya sea que la decisión haya sido tomada por la dirigencia o el entrenador, sinceramente, me resulta indiferente. Lo que interpreto es la coherencia detrás de la estrategia elegida para encarar los desafíos frente a San Pablo, Independiente Rivadavia de Mendoza y los próximos encuentros contra Barcelona e Independiente de Avellaneda.
Si había un momento en el que Talleres podía estirar sus límites, era el partido del pasado sábado contra el equipo mendocino, recién ascendido y en el último puesto de la misma zona que Talleres, marcando una diferencia abismal en la realidad de ambos equipos.
Aunque es más sencillo opinar con el marcador final, valoro la decisión de Talleres de enfrentar estos partidos con la rotación natural según la agenda de partidos.
Ahora, tras el empate del sábado pasado, surge la narrativa de perderlo todo. Sin embargo, Talleres hizo lo que se esperaba, se alzó con la victoria frente a San Pablo y es crucial observar cómo saldrán Barcelona y Cobresal, al enfrentar a San Pablo en sus respectivos estadios, ya que ello definirá en gran medida quiénes avanzan a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Desde este punto, no tengo dudas de que el objetivo primordial siempre será la Copa de la Liga. Anticipo que en Ecuador, se deberá formar un equipo mixto, asegurando que los mejores jugadores estén descansados para enfrentar la final contra Independiente, un partido clave para clasificar a la Copa de la Liga y que por supuesto no era parte de la planificación.
En el peor de los escenarios, si Talleres queda eliminado, mi opinión no cambiará. Considero que la decisión tomada fue acertada, aunque duela a muchos y sea más cómodo criticar con la certeza del resultado ya conocido.
La valentía de tomar decisiones coherentes, aún en situaciones desafiantes, es lo que verdaderamente distingue a un equipo fuerte y decidido.
