Por Ricky Vázquez.
Los entrenadores en líneas generales siempre optan por los más experimentados para los partidos importantes, incluso si no tienen un buen presente no importa en la consideración de los entrenadores y Gandolfi no es la excepción. La excepción de los grandes en Talleres evidentemente es Buffarini que en el mejor de los casos, salvo que pase algo extraordinario en esta semana, puede ingresar sobre el final para ejecutar penales.
Los partidos de Copa que son “finales” no se juegan como anoche porque hasta los jugadores se daban cuenta lo largo que estaba el equipo y que no se permite eso cuando cualquier mínima ventaja tira por la borda la ilusión. Los pibes serán el recambio pero también bien sabe Gandolfi que los mismos experimentados en los que confía, en caso que el partido este cerrado, necesitará tenerlos en cancha para patear penales y no darle la responsabilidad a los pibes.
El ejemplo más emblemático es Michael Santos a quien parece haberlo recuperado siempre pensando en Banfield y el uruguayo es la carta junto con Valoyes y Garro que llenan la ilusión de saber que se puede hacer historia.
