Por Ricky Vázquez.
Hasta el mismísimo Caixinha confirmó anoche, después del partido, que Chaco For Ever mereció la victoria de no ser por Alan Aguerre y que de su equipo rescata apenas los primeros 20 minutos. Talleres en los torneos que llevan la palabra “Copa” pareciera que se motiva de una manera diferente y hay muchos ejemplos para tener en cuenta, sin ir más lejos la edición anterior en la que fue finalista, y en el camino a ese encuentro, el equipo en muchos partidos fue superado y en otros logró la clasificación por los penales atajados de Marcos Díaz.
En el 2013 cuando vivía un momento crítico de su historia deambulando por un desconocido Federal A, se dio el placer de eliminar a Belgrano que estaba en Primera, y en la era del Ruso Zielinski por aquel recordado gol de Gastón Bottino. Si nos vamos más atrás nos encontramos con el primer equipo de Córdoba en jugar copas internacionales de la jerarquía de la Copa Libertadores y, por entonces, Copa Mercosur. Incluso un par de años antes, sin clasificar y por la renuncia de otros equipos fue invitado a la Copa Conmebol y se consagró campeón.
Volvemos al presente y es el primer equipo de Córdoba que se prepara para jugar los octavos de final de una Copa Libertadores de América y enfrentando a un rival con el cual, a pesar del presente que por momentos es alarmante, se puede superar y soñar con llegar al menos a los cuartos de final. Talleres es un equipo que la “Copa” le cae bien, tanto que hasta llegó a eliminar al Newell´s campeón del Tata Martino. Se viene el próximo miércoles el desafío más importante de la historia del club ante Colón pero sepan que Talleres por juego, energía o cosas del destino en #ModoCopa puede seguir escribiendo páginas históricas para Córdoba.
