PRIMER TIEMPO:
Belgrano arrancó el encuentro a toda maquina, teniendo una situación clarísima para abrir el marcador antes del primer minuto de juego. Fabián Bordagaray realizó una gran patriada y quedó mano a mano con el arquero rival, pero nunca pudo definir, Pablo Vegetti también tuvo la chance de mandar la pelota a la red y tampoco pudo acomodarse para rematar. Cinco minutos después el Toro volvió a avisar, esta vez con un cabezazo que pasó rozando el travesaño.
Con el correr de los minutos, Estudiantes se fue acomodando en el terreno de juego y la posesión del balón se hizo mucho más repartida que en el arranque. A los 30′, el Pincha tuvo su primera ocasión de gol a través de un remate de Alan Cantero que pasó cerca del arco defendido por Nahuel Losada.
A cinco minutos del final de la primera parte, el conjunto de Caseros confirmó su superioridad en el juego y abrió el marcador gracias a un notable cabezazo de Iván Zafarana que descolocó a todo el fondo pirata.
En el entretiempo, el juez del encuentro, Nicolás Ramírez, informó que le dio el gol de Estudiantes a Catriel Sánchez, ex delantero de Talleres, que desvió la pelota luego del cabezazo de Zafarana.
SEGUNDO TIEMPO:
En el comienzo del segundo tiempo, Belgrano continuó exhibiendo las mismas falencias que en la primera parte y careció de volumen de juego. En tanto, el Pincha de Caseros se encontró con varios espacios pero no pudo estirar la ventaja.
Guillermo Farré metió mano en el último tramo del juego y esas modificaciones serían las que le permitirían al Celeste quedarse con los tres puntos en el Gigante.
A los 88 minutos de juego, Maximiliano Comba hizo una jugada de potrero, encaró y remató desde afuera del área. La pelota se coló por la parte inferior de la red y le dio el empate a Belgrano.
A raíz de la lesión de Diego Novaretti y de un pequeño incidente que tuvo como protagonista a Zafarana, quién recibió un proyectil por parte de la platea de Belgrano, el árbitro del encuentro adicionó diez minutos.
En el quinto minuto de adición, cayó un centro envenenado desde la izquierda y Mariano Miño, otro de los hombres ingresados, apareció solo por el segundo palo para darle la victoria al Pirata y generar el delirio de los simpatizantes presentes en el Julio César Villagra.
