Camila Gallea: “No renové con San Lorenzo porque me voy a jugar a Europa”

Camila Gallea es un fiel reflejo del crecimiento del fútbol femenino en los últimos años. A sus 26 años, cuenta con una inmensa trayectoria en el país y en el exterior. Nacida futbolísticamente en Racing de Nueva Italia, pasó por Instituto y jugó en los 3 de los 5 equipos grandes del país: Boca, River y San Lorenzo. Además, vistió los colores de Junior en Colombia y de Emelec en Ecuador. Detrás de esa gran carrera, se encuentra una “soñadora”, una mujer que entre el modelaje y el fútbol terminó eligiendo su gran pasión y que en los próximos días cumplirá otro sueño: jugar en Europa.

A la hora de hablar de su actualidad, Camila contó que pasó toda la cuarentena en Córdoba. Tras su paso de un año por San Lorenzo, la defensora hizo un análisis de lo que fue su ciclo en el club de Boedo. “Cuando inició el Campeonato Profesional Femenino en Argentina estaba en Colombia. San Lorenzo me llamó para ser parte del plantel y entonces me vine. Los primeros meses fueron difíciles porque llegué con el torneo empezado y las chicas ya venían de hacer la pretemporada juntas. Este año venía más equiparada pero justo empezó la pandemia”.

A pesar de que desde el Ciclón quisieron renovarle el contrato, la cordobesa rechazó la propuesta porque se va a jugar al fútbol europeo. “La decisión de no renovar con San Lorenzo se dio porque me voy a jugar a Europa, era una primicia que tenía guardada. Me gusta buscar nuevos rumbos, soy soñadora y voy cumpliendo las metas que me pongo”. A pesar de que aún no reveló a que equipo se va, confirmó que su destino es Portugal. “Todavía no sé cuando me voy, estoy viendo el tema de los papeles y los pasajes. Allá arrancaron los entrenamientos hace dos semanas, espero sumarme pronto. Estoy muy feliz con este desafío”.

Al momento de recordar su experiencia en el fútbol colombiano, la zaguera tuvo palabras de agradecimiento conla gente de Barranquilla. “Si tuviese que elegir un club para volver a jugar, elegiría mil veces Junior. Lo que hizo Colombia con el fútbol femenino es admirable, es todo profesional. Desde el club peleaban para mantener la igualdad en todo sentido, me mantenía feliz y enfocada en todo momento”.

Diez años atrás, Camila dejó La Docta para vestir la camiseta de Boca. “Fue increíble, venía de jugar en Córdoba y el cambio fue muy grande. Allá está todo planificado, había una rutina física con trabajos específicos en el gimnasio y dietas, era algo que no imaginaba. Crecí mucho en el aspecto físico”. A pesar de esto, la cordobesa sufrió discriminación por parte de dirigentes del club. “En lo personal me sentí un poco discriminada por ser femenina. No me dejaban vestirme como quería. En ese momento, compartíamos pensión con los juveniles y no me dejaban vestirme con calzas porque decían que iba a provocar. Por suerte eso fue cambiando un poco con el paso del tiempo”. Luego de su paso por el Xeneize, se cruzó de vereda y se puso la banda roja y blanca. “En River me encontré con un club diferente. En el Monumental había mil actividades, colegio, facultad y pasabas totalmente desapercibida. Te dedicabas específicamente a jugar. El grupo era muy bueno, salimos campeonas y jugamos la Copa Libertadores”.

A pesar de haber vestido la camiseta de los dos clubes más importantes del país, la defensora central confesó que su actividad no era remunerada. “Mucha gente se sorprende cuando lo cuento, pero en Boca y River no cobrábamos un sueldo, solamente recibíamos viáticos para el transporte y la alimentación”. También se refirió a la situación actual en Argentina, donde las jugadoras cobran pero todavía están muy lejos de poder vivir de su gran pasión. “Recién el año pasado empezaron a pagarnos por jugar, a pesar de que es un gran cambio todavía faltan muchas cosas. Una jugadora no puede vivir 100% del fútbol, años atrás, trabajé en un bar mientras jugaba porque sino no me alcanzaba para vivir” contó Camila.

Por último, se refirió a su etapa como modelo y explicó porque se terminó dedicando al fútbol. “Me gusta el fútbol por mi papá, él jugaba en la Liga Cordobesa y yo iba a verlo. De chica, jugaba mucho en el barrio con mis amigos, en ese sentido no me sentía excluida. Siempre hay insultos como ‘machona’ o ‘marimacho’, a mi nunca me importaron, solo quería patear una pelota”. “Mi mamá quería que sea modelo y yo siempre andaba de short y con las piernas con moretones y llenas de tierra, si bien me gustaba ser modelo no lo hacía con pasión. Lo mío es el fútbol”.

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