Cavagliatto apuesta por el exitoso equipo que tuvo Armando Pérez

Primo se suma como coordinador de divisiones formativas en Alta Córdoba

Desde mi perspectiva como analista del fútbol cordobés, no puedo evitar reflexionar sobre el impacto que Daniel Primo tuvo en el panorama futbolístico de nuestra provincia. Su labor en Belgrano bajo la presidencia de Armando Pérez fue uno de los pilares del cambio radical que tanto necesitábamos. No solo revitalizó al club tras una dolorosa quiebra, sino que también sentó las bases para un enfoque revolucionario en la formación de jóvenes talentos como una herramienta fundamental para la sostenibilidad económica.

Es innegable que, en su tiempo en Belgrano, Primo logró un trabajo exitoso, y gran parte de este éxito se debió a la colaboración de un dirigente que, al igual que el actual presidente de Instituto, se expresaba como un desconocedor del mundo del fútbol. Este perfil, curiosamente similar al que hoy representa Cavagliatto, nos hace reflexionar sobre la importancia de tener una visión fresca y sin prejuicios en el fútbol.

En el contexto de Instituto, la apuesta por la fórmula que comandará las inferiores del club de Alta Córdoba, comenzó con Bessone con el pie derecho, evidenciado por la reciente obtención del ascenso. Sin embargo, lo que viene a partir de ahora es igualmente crucial. Primo se encontrará con un espacio conocido como “La Agustina”, una cantera de talentos inagotables que ha formado a jugadores que hoy brillan tanto en el exterior como en el fútbol argentino.

Si la lógica prevalece, este puede ser un punto de inflexión para Instituto. A lo largo de su historia, el club ha contado con grandiosos formadores, como Bonetto y Zabala, en los últimos años, quienes incluso llegaron a dirigir la Primera División en momentos de crisis en conseguir entrenadores éxitosos. Este síntoma de agotamiento en el trabajo de formación parece ser una constante en el fútbol actual y es lo que eventualmente llevó a Primo a experimentarlo en Belgrano.

Sin embargo, con la llegada de Primo y la colaboración de Bessone, podríamos estar ante una nueva era para Instituto. El tiempo será el mejor juez de esta decisión, pero los resultados demostrados hasta ahora dan motivos para que los institutenses se ilusionen. La inversión en la formación de jóvenes talentos no siempre se destaca en el mercado de fichajes, pero debería ser reconocida como una adquisición invaluable. Es el tipo de refuerzo que puede transformar un club y sentar las bases para un futuro más importante y sobre todo sostenible. Instituto pone en marcha, con Primo y Bessone a la cabeza, una ilusión en la formación de juveniles que no será de la noche a la mañana y tendrá como principal necesidad el permanecer en la Liga Profesional durante varios años consecutivos.

Por Ricky Vázquez

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