Por Ricky Vázquez:
Racing e Instituto llegan a la recta final. La más importante. La que te consagra o te derrumba el trabajo de todo un año para el cual se prepararon. En ambos casos, se ganaron el lugar con claro merito en el rendimiento.
El problema es el cero margen de error que brindan estas instancias. En el caso de Instituto no pudo en el campeonato alcanzar nunca a Belgrano, mientras que Racing no tuvo otro camino que este, a pesar del semejante esfuerzo y diferencia que le marco a los demás clubes participantes.
En frente se presentan dos clubes “livianos” de historia y obligación, lo cual puede ser contraproducente. Racing por su historia, comparándolo con Villa Mitre, indudablemente es el que está obligado a cumplir el objetivo, después incluso de no haber podido la temporada anterior ante Deportivo Madryn. Si Villa Mitre no asciende no será noticia como si lo sería Racing, entonces eso le quita presión a los rivales que jugarán por la gloria pero sin absolutamente nada de presión.
Lo mismo le pasa a Instituto, que en frente tendrá a Estudiantes de Caseros. La obligación será obviamente de los dirigidos por Bovaglio en busca de la Gloria. La historia pudo marcarle cualquier otro rival histórico de la categoría o con algún paso por primera como Nueva Chicago, Chacarita, Quilmes, Ferro, All Boys, San Martin de Tucumán, por decir algunos, pero le toca de esos equipos que no se imaginaron ni por asomo estar donde está en el principio de la temporada.
Córdoba no pudo con Talleres en Mendoza pero está muy cerca de poner el 2022 en un cuadrito y esperar un 2023 inolvidable.
