Se cumplen 10 años de una copa que nos fue atípica para todos los argentinos. La conducción de Diego Armando Maradona tuvo lugar luego del mal rendimiento de Alfio “Coco” Basile que se hizo a un lado. La clasificación costó pero la ilusión creció, junto con la fantasía maradoneana, ganándole a Nigeria, Corea y Grecia como el mejor equipo de la fase inicial. En octavos (México) no fue el mejor partido pero se logró pasar a cuartos donde Alemania nos esperaba, fría e imponente rompiendo así el sueño de ser campeones después de 24 años de sequía.
España, por su parte, era cabeza de serie en las eliminatorias europeas. Formó el grupo H junto a Suiza, Chile y Honduras donde logró pasar primera. En la fase eliminatoria le ganó a Portugal 1-0 y repitió el resultado contra Paraguay en cuartos donde hizo historia por jugar por primera vez una semifinal. Eran partidos chatos y poco emocionantes pero de la mejor forma bilardista pasaban, lo mismo se dio frente a Alemania; tiro de esquina, Puyol de cabeza y gol. La “Marea Roja” era más intensa que nunca y llegó a la final ante Holanda que parecía más favorita con un Arjen Robben subcampeon de la Champions League y Wesley Sneijder ganador con el Milán del mismo torneo, ambos con un presente inmejorable.
La final tuvo un nivel de fútbol regular. Robben se perdió un mano a mano clarísimo ante Iker Casillas, similar al de Argentina en Brasil. En el suplemento, cerca de los 115, Navas corrió y corrió hasta que la pelota le llegó, de manera sucia, a Cesc Fabregás y este se la entregó al “Cerebro” Iniesta, el resto es historia.
Solamente hubo dos partidos donde ganó por más de un gol: en fase de grupos ante Honduras y Chile, el resto fue 1-0, sufrido pero efectivo.
