Por Ricky Vázquez:
En las próximas tres fechas, los hinchas de Belgrano e Instituto no podrán ingresar a sus respectivos estadios con banderas, bombos, trompetas y todo lo que forma parte del folklore público, tan disfrutado por los hinchas como un ritual. Esta medida se debe a la sanción impuesta por el Cosedepro, tras el ingreso de bengalas al partido del pasado domingo en el Estadio Mario Alberto Kempes. Aún queda por determinar cuál será la sanción económica para ambos clubes, pero en el caso de Instituto, el club local, podría llegar a ascender a los 12 millones de pesos. Una pérdida tan significativa sería un golpe duro, considerando los esfuerzos realizados para el cambio de localía para generar recursos adicionales.
Es importante recordar que el artículo 88 bis del reglamento establece que en caso de que hubiera un herido de gravedad, como sucedió en este caso, donde uno de los aficionados estuvo internado durante unas horas, pero afortunadamente su situación no se complicó, se contempla la quita de puntos, lo cual puede oscilar entre tres y seis puntos. Para ambos equipos, que se encuentran en su primer año de adaptación a la Liga Profesional de Fútbol, esos puntos son prácticamente como oro en polvo. Superar este período inicial de adaptación es vital, por lo que es necesario reflexionar sobre lo sucedido el pasado domingo en Córdoba y considerarlo como un punto de inflexión. No podemos permitir que se repitan estos actos, porque tarde o temprano podríamos lamentarlo.
El fútbol es una pasión que nos une y que forma parte de nuestra cultura. El folklore, los cánticos, las banderas y todo lo que involucra a los hinchas en los estadios son elementos fundamentales que le dan vida al deporte. Sin embargo, es responsabilidad de todos preservar la seguridad y el bienestar de los asistentes. Las bengalas y otros elementos pirotécnicos representan un peligro real y pueden ocasionar lesiones graves o incluso poner en riesgo la vida de las personas.
Es necesario que los clubes, las autoridades y los propios hinchas tomen conciencia de la importancia de respetar las normas y salvaguardar la integridad de todos. No podemos permitir que un momento de euforia se convierta en una tragedia. Las sanciones económicas y la posible quita de puntos son medidas drásticas, pero necesarias para garantizar la seguridad en los estadios y evitar consecuencias más graves.
El domingo pasado en Córdoba debe ser un punto de inflexión, un recordatorio de que debemos disfrutar del fútbol en un ambiente seguro y sin bengalas que empañen el espectáculo. Aprendamos de esta experiencia y trabajemos juntos para que no se repita. La pasión por el fútbol debe convivir con el respeto y la responsabilidad. Solo así podremos asegurar un futuro prometedor para nuestros clubes y para todos los hinchas que amamos este deporte.
