El ascenso del futbol cordobés no es sólo en la cancha

El objetivo obliga a un crecimiento exponencial en estructura.

Por Ricky Vázquez:

El 2022 terminó casi como un sueño de no ser por aquella tarde en Mendoza en la final de la Copa Argentina, pero el resto logró todos los objetivos. Esos objetivos llevan consigo como archivo adjunto un crecimiento de estructura que es necesario para sostenerse en el tiempo. Los clubes de Córdoba lo primero que entendieron hace 20 años es que si no potenciaban sus centros de entrenamiento era imposible, es parte de la inversión y trabajo “invisible” que después repercute en la cancha.

El cambio es en infraestructura y recursos humanos que se multiplican por la necesidad estructural que asciende como en la cancha. Sin ir más lejos Instituto debe armar todo un plantel de reserva para afrontar ese campeonato oficial de AFA e incluye DT, médicos, masajistas, utileros y la logística que genera la competencia por sí sola. El problema es intentar la armonía tanto fuera como dentro para no hacer un cambio que cueste mantener en caso de no poder sostenerse en la categoría.

Belgrano que no tiene un pasado tan lejano en primera, apostó a sostener la estructura con lo costoso que eso implica pero el ascenso ahora acomoda todo. Talleres potenció impresionantemente toda su estructura a lo que era el club cuando comenzó la era Fassi y hoy el club está consolidado en la máxima categoría.

En proporción, Racing deberá también dar un salto cualitativo para soñar con seguir creciendo. Difícilmente pueda desarrollar la estructura que tuvieron Instituto y Belgrano que lograron el salto a primera pero debe tener un plan para consolidarse en la Primera Nacional. Todos los clubes que no acompañaron el proceso, más temprano que tarde caen en desgracia como Olimpo, Aldosivi, Tiro Federal de Rosario, Patronato de Paraná, por nombrar algunos casos de los últimos años.

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