Por Ricky Vázquez
La reciente decisión de Belgrano de elegir a Juan Cruz Real como sucesor de Guillermo Farré genera un debate intenso en el mundo del fútbol de Córdoba. No hay duda de que esta elección representa una apuesta audaz por parte de la dirigencia liderada por Luis Fabián Artime. ¿Por qué? Porque Real carece de antecedentes en el fútbol argentino, un factor que puede convertirse en un desafío futuro.
Elegir un entrenador no es tarea fácil, especialmente considerando la escasez de opciones disponibles y el hecho de que aquellos sin trabajo suelen carecer de un historial inmediato positivo. La selección de Real plantea una incógnita, a pesar de su experiencia, principalmente en el fútbol colombiano. Sin embargo, es importante destacar que no existe un nombre garantizado en el mundo del fútbol que asegure los resultados que Belgrano necesita con urgencia.
La urgencia de Belgrano por resultados pone en primer plano el rendimiento sobre el juego, y esto es algo que Real deberá abordar de inmediato. Su capacidad para implementar un sistema efectivo y generar resultados será crucial, especialmente cuando el equipo visite a Tigre el próximo viernes.
Recordando las palabras de Andrés Fassi en el pasado reciente durante la presentación de Ribonetto, la elección de un entrenador con “nombre” puede parecer más fácil pero no necesariamente más acertada. Artime y su equipo apuestan por alguien que los convenció y que creen que puede cumplir con las exigencias del club. Es una apuesta que, si bien conlleva riesgos, también puede traer grandes recompensas.
El tiempo será el juez definitivo de si esta apuesta fue acertada o no. Lo importante es reconocer que la decisión de Belgrano no fue tomada a la ligera y que representa un compromiso firme con un nuevo enfoque. Ahora, solo queda esperar y ver qué resultados trae consigo esta valiente decisión.
