Tras culminar su participación en sus primeros Juegos Olímpicos, la tenista rosarina Nadia Podoroska realizó una profunda reflexión en sus redes sociales sobre la salud mental de los deportistas y se solidarizó con la joven nadadora Delfina Pignatiello.
¿Qué pasó?
Todo empezó con la nadadora Pignatiello. La joven no tuvo un buen desempeño en Tokio y no pudo acceder a las finales en 1500 y 800 metros libres. Tras los resultados, la representante argentina recibió todo tipo de críticas, insultos y comentarios negativos en sus redes sociales. Estas acciones derivaron en que la nadadora dejó de escribir en su cuenta de Twitter, borró una cuenta secundaria y eliminó todos los videos de su canal de YouTube donde tenía más de 72 mil suscriptores.
Este hecho motivó la reacción de Podoroska, quien salió a bancar a la nadadora. “A quienes aman el deporte, nos siguen y están pendientes de nuestros resultados: por favor, antes de escribir algo sobre cualquier deportista en una red social piensen que somos personas que sentimos y sufrimos cosas como el resto, y que nos esforzamos al máximo para dar lo mejor, porque nadie más que nosotros sufre las consecuencias de un mal resultado”, escribió la tenista y mencionó los “ataques constantes” que sufre “una deportista de lujo como Delfina Pignatiello”.
Además, la rosarina también hizo referencia a la necesidad de contemplar la salud mental en el ámbito deportivo, alerta que ya había sido manifestada días atrás por la tenista japonesa Naomi Osaka al momento de retirarse del último Roland Garros víctima de la depresión, y volvió a cobrar trascendencia en los Juegos Olímpicos cuando la gimnasta estadounidense Simone Biles anunció que se retiraba de la competencia de equipos, all around, salto y barras asimétricas para cuidar su salud mental.
El comunicado completo:
Además, la rosarina también hizo referencia a la necesidad de contemplar la salud mental en el ámbito deportivo, alerta que ya había sido manifestada días atrás por la tenista japonesa Naomi Osaka al momento de retirarse del último Roland Garros víctima de la depresión, y volvió a cobrar trascendencia en los Juegos Olímpicos cuando la gimnasta estadounidense Simone Biles anunció que se retiraba de la competencia de equipos, all around, salto y barras asimétricas para cuidar su salud mental.
